Los tres, viejos conocidos de los cuerpos y fuerza de seguridad, han vuelto a caer, pero ya están en la calle después de pasar por los juzgados. Son rumanos de entre 28 y 35 años con numerosos antecedentes policiales por hechos similares: reventaban máquinas tragaperras con tapas de alcantarilla en medio de la noche para llevarse la recaudación.
Ahora la Guardia Civil de Guadalajara los ha detenido acusados de varios robos en negocios de hostelería en la provincia y en la Comunidad de Madrid -la mayoría son bares-, además de considerarlos un grupo criminal «muy activo». Han caído gracias a la Operación Sagalín, puesta en marcha por agentes de Policía Judicial del puesto de Azuqueca de Henares, que han contado con el apoyo del equipo Roca de la Comandancia de la provincia.
Su modus operandi era generalmente el mismo: amarraban una eslinga o cincha a la puerta del establecimiento y tiraban violentamente con un vehículo que habían robado. Así entraban en el local, donde destrozaban las máquinas recreativas con mazas o una tapa de alcantarilla para apoderarse de la recaudación. Leer noticia completa en abc